Emilio Lozoya: Enriquecimiento cuestionado.
Redacción.
Emilio Lozoya Austin, ex – director de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en la
toma de protesta, manifestó “decir verdad” de conformidad con el estado de
derecho positivo mexicano. Por el contrario, Lozoya tenía planeado
enriquecerse de forma apresurada sin dejar pruebas que lo
comprometieran.
En los gobiernos corruptos, se podría considerar que era un secreto a
voces en el medio político que Lozoya se estaba enriqueciendo en el cargo
conferido. Alonso Ancira Elizondo, movió los hilos detrás de bambalinas
para conspirar y proporcionar 3.5 millones de dólares a Lozoya con la
intención de adquirir en un sobre precio la planta de Agronitrogenados a
Pemex.
Ancira fue capturado en España y trasladado a México; el 19 de abril
fue puesto en libertad, bajo el convenio de acuerdo reparatorio de pagar 216
millones de dólares, dejando en garantía propiedades con valor de más de
50 millones de dólares. Se pasó en la cárcel dos meses. La censura moral
de estar en la opinión pública es insoslayable para Ancira. El asunto de
agronitrogenados se hizo público al probar el sobre precio de la venta a
Pemex. El sistema de enriquecimiento ilícito es de confabularse en
contratos ilegítimos de secrecía.
Es evidente que los abogados de Lozoya; diseñan una estrategia
legal favorable a su cliente. Solicitan entrevista con el “fogueado” Pablo
Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con el
propósito de redactar el acuerdo de reparación y aplicación de criterio de
oportunidades.
De modo que los abogados buscan ganar tiempo, postergando el
acuerdo y argumentando que cooperan en buscar un convenio
“congruente”; sin embargo, buscan intersticios para su cliente (Lozoya), e
interpretan la ley ambiguamente y los magistrados actúan con parcialidad
en detrimento del Poder Judicial al menguar la credibilidad de los
impartidores de justicia.
Los abogados esgrimen que ni Pemex ni la UIF poseían personalidad
jurídica de reclamar la reparación de daño causado por haber aceptado
sobornos que aumentaron a 10.7 millones de dólares por parte de la
constructora Odebrecht, es decir, del 2012 y 2015. El tercer tribunal
colegiado en materia penal resolvió infundado el juicio de amparo
presentado por la defensa de Lozoya; por lo tanto, Pemex y la UIF podrán
solicitar la reparación de daño.
Consiguientemente, los actores imputados en los procesos de la
planta agronitrogenados y la constructora Odebrecht, hacen lo posible por
torcer el camino legítimo y de justicia. A pesar de la cooperación de
gobiernos extranjeros, aportando pruebas contundentes del pago de
sobornos y movimientos financieros, probando acciones ilícitas del ex
director de Pemex.
Es bien conocido los múltiples casos de políticos mexicanos,
encumbrados en el poder y de un enriquecimiento apresurado. El poder
judicial aplica la administración e impartición de justicia a los “amigos”
benevolencia y al adversario la ley contundente. El presidente Andrés
Manuel López Obrador manifestó que es urgente la “reforma profunda en el
Poder Judicial”, por su descomposición “se protege a los que tienen que
pagar la inocencia”.
De modo que las pruebas documentos financieros de Suiza, son
ilegales al ser obtenidos de forma “ilícita” por el ministerio público federal. La
Fiscalía General de la República (FGR) apela a las resoluciones.
En clara confrontación del poder ejecutivo y el poder judicial, el
ejecutivo argumenta el concepto de justicia y el recto proceder del poder
judicial y el judicial su actuar es parcial con proclividad a escudriñar lo que
pueda apoyar al ex director de Pemex.
El enriquecimiento de forma apresurada trae consecuencias y es un
hecho. Emilio Lozoya Austin está sentado en el “banquillo” de los acusados
por hechos deleznables e ilícitos, pese a que protesto decir verdad en el
Congreso de la Unión.
El tiempo político se avecina vertiginoso en la confrontación del poder
ejecutivo y el judicial, siendo inevitables los intereses creados. La opinión
pública crea su interpretación de los casos Odebrecht y agronitrogenados
en el enriquecimiento de forma apresurada de Emilio Lozoya.